martes, 25 de junio de 2013

BÚSQUEDA.


   La soledad se acompaña del constante ruido del desatino,
del desvarío de los sanguíneos pulsos desacompasados,
ése doloroso suplicio romántico, que  es lo único que  altera
la serena paz dormida del  desamor.
  Nadie podría descifrar los lamentos inaudibles de un pecho
al que  han convocado,  los soliloquios del hastío,
los mortificantes recuerdos, los inconfesables minutos.
  Cualquier calle nueva que promueve, toda ruta antigua que evoca…
Cómo es que un alma con tan poca historia,
puede alimentar  y ver crecer tanto recuerdo…
  Cómo puede un solo minuto multiplicarse en tanto pensamiento?
  Es que acaso el auditivo eco se vuelve carne, se vuelve tacto…
o son las agudas palabras no pronunciadas su sustento?
  No sé si al alma las palabras le sobran,
y con eso tan solo, se sostiene para seguir
en su doloroso empeño de recordar…
en su empecinado afán de buscar ojos y miradas,
de visitar sitios llenos de mesas vacías
de reflectores apagados, de no cesar la búsqueda  entre
las multitudes…con la esperanza de hallar en unos ojos
la misma mirada que involucra y expulsa
de cuerpo en cuerpo, de vida en vida…

K.Strongone.

martes, 18 de junio de 2013

VALE EL SILENCIO.

La fugaz caricia de  la mirada furtiva  que se oculta
en la atrevida seña, en el impune roce de tus dedos
…tiene tanto sentido que vale el riesgo, vale el silencio.
El sonoro eco de tus pasos,
emprendiendo el camino hacia su destino,
retornando a su cauce, a lo ya escrito
…tiene tanto dolor que vale las lágrimas, vale el silencio.
La caprichosa mueca del expugnable si,
de la claudicable negación, la miedosa trampa de los sentidos,
el eterno cavilar del merecimiento y la condena
…tiene tanto valor, que vale el olvido, vale el silencio.
En la liberación de Morfeo, más allá de la norma,
más allá de los ojos vigilios y crueles
viven las ansias vanas, los imposibles rotos.
  Pero aunque mi alma duerma el insomne capricho
ése que desafía los sueños y abruma la existencia,
…tiene tanta pasión, que vale el tormento, vale el silencio.

K. Strongone.

jueves, 13 de junio de 2013

PARA PERMANECER

  En el innoble refugio de mis días y mis noches,
atada a un mínimo recuerdo,
a una sola imagen que recorre celosas letras,
que llena espacios sin llenar mis horas,
allá donde las formas se unen con las sombras
en ése tramo ignoto de las decepciones,
los celos y las dudas…los amargos y dulces recorridos
del sultán de las agujas , el verdugo de los tiempos,
allá en mis irreflexas cavilaciones…

...tus labios y sólo tus labios,
son el mejor lugar para permanecer.

  En la antojosa maraña que se hilvana,
con la intrincada línea entre el lleno y el vacío,
en el difuso horizonte de la angustia dividida
entre el claudicar o aferrarse…

...tus labios y sólo tus labios,
son el mejor lugar para permanecer.

  En ellos, mi cobardía se desgasta,
y la honrosa paciencia se desnuda,
se quema , calcina y se abrasa,
se olvida, se esconde…
ahí, en ésa ínfima geografía,
en ése breve instante de la sinrazón…

...tus labios y sólo tus labios,
son el mejor lugar para permanecer.
                                                               K.Strongone.


lunes, 10 de junio de 2013

Desamorada.

  Si un día emprendo vuelo y desafio la tormenta,
y traspaso la nube, y penetro el cielo,
en busca de más sufrires,
de más colores de otros sonidos.
 Estaré traicionando las ilusiones, los cuentos,
los laberintos de  la memoria…
o sólo los echaré al viento…
  En el sereno andar de todos los años,
y todas las palabras de un  esquema roto,
tan solo unas pinceladas matizan el engaño,
y brindan conclusiones vanas, pasmosa calma,
 sueños  irreales, confusiones  palpables,
sólo corrientes otoñales, o inquietudes  mozas,
que no  tuvieron cause, que  fluyen atemporales.
  La pasiva yunta de oropel, 
la agónica ceguera de las gemas,
el amargo brindis de la mejor cosecha,
los soles de otros parajes, los idiomas, los paisajes,
solo abultan el sinsabor de la rutinaria espera,
del inerte edredón , que se decora de sueños,
y se devora  de horas,  de minutos y esperas…
de si yo hubieses… de …si dijeras…


K. Strongone. 2013