jueves, 11 de abril de 2013

POR TÍ , POR MÍ ; POR LA HUMANIDAD:


Tal vez una de las fórmulas para alcanzar ése utópico estado, sea la de hacer bien indiscriminadamente. Sí! Hacer bien, y no me refiero a realizar obras de caridad…no señor! Y no es que sea para nada malo el hacerlas, sino que hoy me refiero al otro modo de hacer las cosas.
  Se trata tan solo de un firme y determinado propósito de mantenernos en las 24 horas de todos los días en una frecuencia luminosa, en un estado de absoluta decisión de que nada ni nadie nos haga desviar del propósito de mejorarnos como seres humanos.
  Por ejemplo: si voy conduciendo mi vehículo, no permitir que me contamine el común denominador de los conductores con su displicencia, su enojo, su indolencia hacia los demás…
  Es así como concientizarme de que su prisa, su frustración  o imposibilidad de administrar su tiempo, no me pertenecen a mí, y por lo tanto, no me debe irradiar al punto de volverme presa de su rabia y agresividad ante la vía por recorrer…
  Hay personas que suelen responsabilizar a otros de su desaciertos y  excusan sus errores en los demás, solo porque no son capaces de asumir que TODOS nos enredamos de vez en cuando en temas tan humanos como la confusión y el enojo.
  Más bien, deberíamos tratar de entender qué es lo que nos faltó o dejamos de  hacer bien, para corregirlo y la próxima vez no errar, con la condescendencia necesaria para poder perdonarnos y seguir adelante.
  Así que valiéndome del ejemplo del conductor, que confundido  se presenta en la autopista como carnada para hacernos perder la serenidad, así mismo debemos estar atentos y discriminativos a las tóxicas conversaciones, los chismes o rumores, frases altisonantes, propagandas, programas televisivos , películas y hasta algún tipo de música, que distorsionan el equilibrio de los pensamientos que nos hacen elevar o disminuir lo que se conoce como frecuencia vibratoria.  Ésta frecuencia es una especie de campo que nos envuelve/rodea a nivel energético,  y que al estar óptima se manifiesta en bienestar y armonía…
  Entonces, vigilemos y filtremos todo lo que por nuestros ojos y oídos entra, y especialmente lo de nuestras bocas sale…pues ése es el combustible con el que nutrimos nuestro ser cada día…
STRONGONE K.