En el sombrío lecho, tu recuerdo.
En las tinieblas de la memoria, tus
palabras.
En la confusión del verbo, tus promesas,
en
el canto del eco, tu regreso…
y el juramento falso del beso.
Y siempre inconclusa
hueca y lastimera,
eternamente cruel, nunca resuelta…
se queda la mirada desierta.
Hasta donde llega la irónica mueca?
Tal vez hasta la cima del orgullo
herido.
Hasta donde alcanza el escaso abrigo ?
Quizás hasta el punto aquel obsceno,
que de inmoral temblor cala los huesos.
Quién será el verdugo sincero
…el que renuncia…o el embustero..?
Al cerrar los ojos a la larga travesía,
Volverán los cantos de los sin poesía.
Ahí vivirán eternos y cobardes,
la verdadera y real, la de la
hipocresía.
Katty Strongone.
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